En la mano de mi esposa brillaba un anillo sencillo, pero lleno de historia. Lo había hecho mi tío, un joyero antioqueño, del mismo lugar donde generaciones de mi familia —mi padre y mis tíos— fueron mineros y porteriormente artesanos del oro. Mientras nos abrazábamos antes de que yo viajara a Estados Unidos para comenzar una maestría en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, entendimos que ese anillo no era solo una joya: era una historia que merecía ser contada.

Esa experiencia marcó el origen de Nosso Galeón, una empresa familiar que nació del cruce entre el amor, la memoria y la convicción de que el trabajo digno y la belleza artesanal pueden transformar vidas. “Nosso”, que en portugués significa nuestro, representa la unión de propósito. “Galeón”, aquellos barcos que durante siglos llevaron las riquezas de América hacia Europa, representa ahora el viaje inverso: el de nuestras comunidades hacia el reconocimiento global.

Hoy, junto a mi esposa, lideramos un proyecto que conecta a joyeros y mineros artesanales de Colombia y México con consumidores conscientes en Estados Unidos. Lo hacemos desde un enfoque basado en derechos humanos, trazabilidad ética, salud y seguridad laboral, comercio justo e innovación tecnológica. Apostamos por la formación, la sostenibilidad y la herencia cultural como motores de desarrollo.

Cada pieza que sale de Nosso Galeón lleva consigo el valor de lo hecho a mano, el respeto por quienes lo hacen posible y el sueño compartido de que la prosperidad puede construirse sin dejar a nadie atrás.